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17 de diciembre de 2008

2. Lo invencible

...Entonces me decidí a saltar del edificio, quería sentirme en ese espacio intermedio entre el suelo y la azotea, así que me tiré de cabeza al vacío.

Cuando me dí cuenta estaba en una enorme habitación vacía, en la que sólo había mucha luz y cuatro grandes espejos, uno por pared. Lo tenía claro, había llegado el momento de examinarme.

Me acerqué lentamente a uno de los espejos y reflexioné sobre si debía empezar por abajo o por arriba. Siempre me ha gustado comenzar por lo fácil, se que eso es contraproducente, pero es mi estilo, así que fijé mis ojos en la parte más alta de mi ser físico.

El pelo, he cambiado mucho de peinado a lo largo de mi vida, como de pareceres y características, aun así me gustaba más cuando tenía cinco años. El pasado vende.

Bajo unos milímetros, se que dentro de mi cabeza está el cerebro, pero eso es algo demasiado complejo para que analice ahora, aún no ha llegado la hora. Si alguna persona se dedicase a observarme las 24 horas del día se daría cuenta facilmente de que al pensar suelo arrugar la frente, por eso toda mi vida he llevado el pelo largo, para taparla, no me gusta ser predecible. Si bajo a los ojos, tampoco me gusta que penetren en mi ser por medio de una mirada, durante mucho tiempo he desarrollado mecanismos de defensa contra intrusos que quieran participar de mi ser. En el fondo son inútiles, pero eso ha favorecido que me convierta en una persona de apariencia fría y seria. En el fondo era mi objetivo, supongo...

Siguiendo con los ojos, necesitaría horas para explicar todo lo que veo en ellos, pero lo resumiré en que tienen un temblor, el brillo que en ellos se refleja se tambalea. Son ojos cansados, que han visto muchas cosas y muy pocas de ellas han sido buenas y bellas. Ojos que no descansan, desgastados, pero con ilusión.

Obviando de momento los oídos llego a la boca. Está sangrando, lo hace con frecuencia, pero esta vez es sangre casi negra, como alquitrán. Metáforas. Me preocuparía si no supiera que esto es un sueño, quiero decirme algo a mí mismo. Si alzo un poco la vista veo que la sangre proviene de la nariz, nunca aprecié muy bien los olores, creo que tampoco es la hora de examinar este aspecto, pues no es apariencia, y por algo hay espejos aquí. Como no quiero saber lo que quiero decirme a mi mismo, procedo a observar las zonas de los alrededores de los labios, aquellas que no están manchadas de sangre. Hendiduras, manchas y marcas, no tengo una cara limpia de señales, siempre fui una persona un tanto enferma y las marcas que me ha dejado la vida se han correspondido con enseñanzas y lecciones. Experiencia.

Bajando un poco más, en el cuello, encuentro unos pelillos mal afeitados. ¿Madurez no correspondida?

Los hombros, siempre fuí más alto que el resto, eso me ha perjudicado en muchos aspectos, pero me puede haber ayudado a ver más cosas...no lo se...

Si me toco los antebrazos... Nunca fuí una persona demasiado fuerte, más bien lo justo. En realidad nunca he creido en que la fuerza tenga utilidad alguna, ni práctica ni teórica...

Siempre fui debil de muñecas, culpa de una negligencia médica en mi nacimiento. Sufro lesiones en esa zona a menudo. Se que si el mundo funcionase según la ley del más fuerte yo habría perecido a la primera de cambio. Pocas veces he levantado el puño en señal de triunfo.

Aún no debo llegar a las manos. Volviendo atrás, dos rasgos importantes se situan en los ojos y en la espalda. En los ojos destaca la búsqueda de luz en la oscuridad, imagino que siempre busqué más de lo que en realidad hay, quizás por eso mi vida ha tenido tan pocas sorpresas y tantas decepciones. En la espalda siempre hay cargas... siempre... algunas son pesadas.

Centralizando la mirada me doy cuenta de que tengo el torso desnudo. Nunca fuí un portento físico, eso es una clara desventaja con otros individuos de la especie, sin embargo nunca fue un tema del que me preocupase en exceso. Mientras le echo una ojeada a mi ombligo me pregunto si es egocéntrico pensar que no se es egocéntrico... por si acaso no comentaré nada...

¡Las piernas!, esto es una parte importante para la mayoría de las personas. Para mí no. Se que al final de mi vida me arrepentiré de no haberlas usado más. Les agradezco que me haya llevado por la vida. Aunque no las aprecie en el día a día, si las perdiese perdería el mundo...

La parte inferior al tronco tampoco es un tema a tratar en profundidad de momento...

Comprobando el estado de mi cara, sigue sangrienta, pero al abrir la boca me doy cuenta de que la sangre no solo sale ya por la nariz, también por la boca, los ojos y las orejas. Por cierto, tengo una lengua muy blancucha, nunca tuve problemas para usarla bien.
Tengo irritada la garganta, y al tragar saliva siento un ligero dolor.

A pesar de todo, la luz que emana de ninguna parte hace que me vea más guapo de lo que me he visto nunca, aunque el tamaño de los espejos haría a cualquiera sentirse insignificante.

Por supuesto el corazón no es tampoco tratable por el momento. Demasiado complejo. Aunque es un simple órgano que, aunque nos da la vida, puede ser sustituido artificialmente. La sociedad ha decidido que en el corazón estén los sentimientos y lo acato. Soy una esponja más. Como tú.

Si miro a mis manos lo primero que puedo observar son mis nudillos, están resecos y duros como rocas, puede ser del frío, aunque yo no lo siento. Mucho trabajo se acumula en ellos y más aún se acumulará al final de mi vida, probablemente la mayor parte de él habrá sido inútil. Nadie me puede decir que no me he esforzado por objetivos vanales al fin y al cabo...

Si muevo un poco las manos puedo recordar el por qué de mi interés por la ciencia. Me maravillan las maravillas. Tú y yo somos maravillosos. Sólo pensar en la pérdida de una vida tan maravillosa me horroriza, a lo mejor por eso quiero dedicarme a la salud. Quiero participar de la vida, no con la vida. Supongo que es un poco egoista por mi parte. A lo mejor esto necesitaría una explicación más amplia, pero noto que me susurran algo...

- ¿Qué has aprehendido de todo esto?

- Puede ser que no sea empirista, simplemente es que la esencia de la vida son momentos, y los momentos se captan con los sentidos.

- Puede ser, ¿Y no echas algo en falta en esta habitación?

- Seguro.

- Pues cierra los ojos...


Continuará...

¡Adeu!

2 comentarios:

Ramón dijo...

Son cosas que siempre pasaran desapercividas por los demas. Me parece que solo tu te conoces, y ciertos detalles solo son visibles para ti porque al analizarse a uno mismo no hace falta mentir, ni ser cortes.

Necesitarias ser 2, pero no lo eres.

(¯`·._.·[ℓα∂у#σвѕ¢υяу]·._.·´¯) dijo...

puBliica enteeeroooo xDDDDD
mUi poToto,aunQe hay coSas qe no he piiLlado,,,en fiin,,,xDDD
te veo mañana ^^
teAmooooooooooo ^^

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