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31 de octubre de 2009

De girasol en girasol


No me mires así. No eres más que yo. No soy más que tú. No, no, no... no subiré a tu pedestal de prepotencia y falsedad, ya no me dedico a eso, ya no quiero más. No... no caeré tan fácilmente en la trampa. No te reirás a costa de mi soledad. Busco algo mejor, más humano. No conseguirás arrancar mi ilusión con tu hastío y tu amargura.



Demasiadas voces, pero ninguna es sincera. No saco nada en claro de la rutina. Busco pero no encuentro... me agobio, pienso, lloro por dentro, sonrío, y duermo. Día tras día, noche tras noche, tartamudeo ante la realidad y el tiempo se acaba. Nací demasiado rápido y me estoy muriendo poco a poco. Cada instante que transcurre es irrepetible y cada vez estoy más convencido de que no es un estado de transición, no me estoy orientando en el mundo. Las cosas no cambiarán de un momento a otro, soy la persona que he construido con mejores intenciones que resultado.

Piel, sudor, cabello, y paja. Una estrella bajó a mis sueños y se disfrazó de espantapájaros. Con identidad de mujer, me llamó desde un campo de otoño recubierto de amarillo, y yo como un tonto acudí. Bajo su apariencia de solitario espantapájaros se encontraba una dama. Su rostro sencillo pero pálido alegre, sus labios carnosos, su traje vaquero con tirantes y el momento en que me deleité con su susurro no pudieron hacer más que enamorarme. Enamorarse soñando, no es la primera vez que me pasa, es un problema tener miedo a querer en la realidad.


Salto de baldosa en baldosa, el corazón se viene arriba cuando lo hago, lo descubrí hace ya muchos años, esos años que han pasado en un momento. Apoyo la cabeza en la vidriera y contemplo el vuelo de una mosca. Si hay que hacer algo lo hago, no me asustan mis responsabilidades. Poco a poco se acerca la próxima mala noticia, y la buena. Retumban los momentos en las paredes de mi caja torácica. He estado tantos millones de años muerto y ahora que estoy vivo no lo aprovecho como quisiera. Espero, no debería esperar pero espero. Cuando he decidido dejar de esperar no me ha salido bien. Estoy apoyado en una baldosa que tiembla en la nada amenazante con dejarme caer. Así soy y difícilmente cambiaré. Dibujo una sonrisa que nunca se dirigirá a mí.


Si te parece bien, me posaré en esta roca, y esperaré paciente a que te bañes desnuda, vigilando tus ropas. Del banquete que nos preparará la vida me comeré las hogazas, para que paladees la dulzura del resto. A mí me vale con tenerte. No te pediré más. Te arroparé y encenderé la hoguera de tus mejillas. Solo te pido que aparezcas, que empieces a existir, te he buscado mucho tiempo y se acaba mi tiempo. Noto que mi grito plateado pasa desapercibido mientras se refleja en el cielo de esta noche azulada, no puedo imponerme dejar de soñar, así que miraré bajo cada cascada para encontrar una mirada con la que hacer alquimia, y morir en paz, y vivir en sonrisas y en llantos. El mañana es algo tan remoto... siento que no podría esperarte tanto, me asusta más pensar en que nunca estarás aquí que asimilar mi muerte. Solo puedo escribir abstractos por tu culpa, que nublas mi mente y me haces escupir trozos de frases, a veces querría no saber querer.



Yo miro a la luna y a las estrellas, a las cigarras que pasan de árbol a árbol, y a aquel lago recubierto de maleza. Los girasoles miran al sol y lo siguen como su Dios. Forzadamente nuestras miradas se mantienen alejadas, y difícilmente se cruzarán algún día. Dos caminos paralelos y separados. Asumir que la melancolía será la única compañera que calentará entre sus brazos mis carnes es algo que hago desde mi solitaria infancia, no sé por qué me cuesta tanto aún. Viento, agita las campanas sobre mi cabeza, y crucemos los dedos para que alguien las oiga en esta noche, consigue que algún girasol se gire hacia mí, y desandaré mis pasos para olvidarme de las penas y fingir que no existe un mañana, ni un ayer.


2 comentarios:

Ramón dijo...

Se me borró todo lo qeu te escribi. Así que solo te diré que, en contra de mi voluntad, esta noche me siento igual. O almenos igual que lo que crei entender. A quien le importa realmente.

Gema dijo...

La vida es un cúmulo de decepciones tras otras; un puñado de deseos y sueños que se van renovando antes de que lleguen a cumplirse, un querer lo que no se puede, y a quien no se tiene y un obviar lo que se tiene y a quien se tiene, y que verdaderamente, nos hacen fuertes.

Bonita entrada, Ale,super subjetiva y abstracta pero bonita.

Lo siento, porque creo que me encasille en las metáforas ( como me encantan las jodidas) y quizás eso no me permitió llegar hasta lo más hondo de tu reflexión, pero lo que consiguió llegar a mi mente, eso que no sé si será lo que quieres que llegue.. para ello solo tengoalgo que decirte:

El caer en la vida, el tropezar una y otra vez, nos impide a veces ver, lo que nos rodea, y por lo tanto con lo que tropezamos, quizás deberías alzar los ojos cuando te estes levantando, y esquivar lo que te entorpece, para verdaderamente, llegar hacia tu cima.

Besitos:

Gema

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