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28 de febrero de 2010
Tu mundo y el mío
En el mundo de los hombres no hay más que maldad empapando cada fibra de piel y cada sueño que se atreva a asomarse y mirar hacia el cielo. Déjate llevar por lo que piensas que merece de verdad la pena y serás pisoteado por todo lo que se cruce en tu camino, incluso por ese algo también. Agarrate a un hilo de esperanza y espera pacientemente a que te lo corten, te lo cortarán porque a ellos se lo han cortado antes. Abreles tu corazón y harán más grande tu herida. Reza por la felicidad si quieres hundirte más en el desamparo. Ama a alguien y espera sentado el desengaño, pero cuando te acostumbras a desengañarte no te importa quedarte con lo que parece menos malo, a arrastrarte por la vida en busca de los reductos de lo que algún día fueron esperanzas, a mendigar un poco de cariño, aunque para ello tengas que cambiar tu personalidad y adaptarte a la banalidad del mundo, a la estupidez de querer transformar una imagen que, al fin y al cabo, para tí nunca cambiará. Ve hacia el progreso y lucha por él, eso sí, tendrás que superar todas las barreras que te pondrán arbitrariamente. Si tienes algo que ellos no tienen te lo intentarán arrebatar, y si no pueden, irán a por lo que sí te pueden quitar. Te harán creer que lo que ellos tienen, quieren y buscan es lo que hay que tener, querer o buscar para ser feliz en la vida, cuando ellos nunca lo serán. Te encadenarán en torno a un montón de posesiones inútiles que te impedirán ser libre, y lo peor es que tu te dejarás, aprenderás y te empaparás de ello, y cuando te quieras dar cuenta ya será tarde...
Te enseñarán lo importante en la vida, sí, pero a su manera, te contarán historias sobre enemigos, personas superiores a otros seres vivos y a otras personas, a que todo vale para conseguir tus objetivos, o a que hay veces que debes quedarte quieto y no luchar por ello. Te mostrarán como controlar la respiración y ser prudente con tus acciones, a acatar normas casi azarosas. A callar y actuar según unas pautas. A creer que lo que importa es lo que piensa el resto, a temer el fuego, a preferir la comodidad de una ciudad. Sonríe y parecerás estúpido a no ser que sonrías por una estupidez. Disfruta con la niebla y la lluvia y te llamarán bicho raro mientras muestran su cara oronda y complaciente. Has crecido rodeado de críticas, y criticas, aunque te has dado cuenta seguramente de que el odio y la destrucción jamás te han aportado nada, ¿te has preguntado si odiando facilitas que alguien te manipule o actúe a su antojo con tus acciones?. Crees que eres el ser más perfecto comparándote con el resto de los seres vivos que no son de tu especia, pero no puedes ser más estupido y cabeza hueca, más cerrado de mente. Parate a mirar por un momento lo que tienes a tu alrededor, y a observar que puedes mirar, tocar, y oír, y solo aprovechas lo que tienes en destruir. Mírate al espejo y cierra los ojos, después preguntate si eres lo que desde un principio quisiste ser, o han conseguido convertirte en uno más del rebaño... ¿Frustrante? ¿No estás de acuerdo? pues deja de pensar, a todos les funciona...
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