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27 de mayo de 2011

Impotencia mental

Tengo muchos espejos en los que no mirarme. Espesas capas de todo lo mundano que hay que retirar para llegar a lo auténtico. Evitar el evitar el mundo, el conformarme solo con lo que veo, y con lo que piensan otros. En el fondo la serenidad que me invade normalmente no es más que el sentimiento de certeza de estar llevando mi vida por los caminos en los que creo, dejándome influir lo menos posible por lo fácil o lo ajeno. Al final todo es tan sencillo como buscar los valores más básicos que nos han inculcado. Bondad, sinceridad, honor, constancia, firmeza.

Sentado, sentado y cansado, se ríe. Cansado de un largo día de trabajo y con su lata en la mano mira la televisión con una sonrisa de autosuficiencia cuando ve en las noticias las represalias policiales en Plaza Cataluña a los manifestantes. La culpa es suya por involucrarse en batallas perdidas. Hubo una época en que él también tuvo unos ideales, luchó por ellos y no pasó nada en concreto. La vida siguió, encontró un trabajo, le surgió una familia y su ecuación se completó. Se despierta cansado, coge el coche cansado, trabaja cansado, almuerza, vuelve al trabajo, sigue trabajando y se retira cansado. Cuando vuelve a casa tiene ganas de todo y de nada, perfectamente consciente y a la vez ignorante de que se ha ido otro día que no volverá a su vida. Nada en la vida le ha traído cuenta y nada le ha hecho feliz, pero se ha acostumbrado. Solo hizo lo que le dijeron que debía hacer, y lo hará hasta la muerte.

Esos son caminos de los que quiero huir, y seguramente tú también querrás. El secreto no es otro que asentar tus bases en ti mismo y en tu personalidad, y no en lo que esperas de otros, porque a la hora de la verdad el que queda eres tú, el resto varía con el paso del tiempo. Si crees en algo, lucha por ello, aunque solo sea por reafirmarte a ti mismo y por no sentirte inútil para hacer el mundo en el que quieres vivir. Recuerda que siempre habrá alguien que comparta tu camino, y pueda apoyarte en la lucha por lo que crees. Si pierdes oportunidades de defender lo tuyo acabarás perdiéndolo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Por desgracia la mayoría de la gente deja escaparse los días de entre los dedos de sus manos y para cuando se dan cuenta, ya son viejos y están postrados en un sofá sin poder moverse.

Es una pena...

PD: Quita mi blog antiguo de tu lista de blog mariconetti! Por si tienes un lío por mis insufribles cambios... es http://linact.obolog.com . El que tiene un 92 por ahí sobra. Ahora lo tengo siempre actualizado! :)

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