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5 de septiembre de 2009

8- Sueños dorados

-¿Tú lo has visto?

-¿Ver?¿El qué?

-Ya sabes, esa sombra de niño que en ocasiones cruza
las fachadas de la ciudad como un relámpago.


-Ah, eso, cuando la ves es mejor no estar cerca porque
hay muchas posibilidades de que te veas implicado en algún lío.


-Eso, y que puedes salir herido.

-¿Se sabe ya de qué o de quién se
trata?


-Parece ser un mocoso con una fuerza
descomunal que sobrevuela la zona buscando delitos para
castigar.


-¿Una especie de justiciero?

-O al menos eso cree, cuando se carga a algún criminal
enciende su megáfono y se ríe como un loco para que lo escuchen todas las
personas que se encuentren por allí. Dice: ''Escuchad todos, amigos, mi nombre
no es ni pronunciable por el mismísimo viento, estoy aquí para actuar de barrera
contra la injusticia. Nunca jamás seré como vosotros, pues no creceré ni
comenzaré mi decadencia, pero me deberéis todo lo que tenéis. Si algún día me
necesitáis podréis encontrarme rompiendo las olas del mar, o provocando la
lluvia que cae sobre vuestras cabezas''.


-Da miedo.

-Ya ves.




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