Os recomiendo que no leáis esta entrada, posiblemente es lo más crudo y real que he escrito...
Hace una semana mi perra Kira alumbró a cuatro cachorros que cabían todos en la palma de una mano. Desde entonces los ha cuidado, protegido, y alimentado.
Sin embargo, uno de los cachorros era más débil. No mamaba, probablemente le fallaba el olfato. A los cinco días sus hermanos eran el doble de grandes que él, y el hambre empezaba a pasarle factura. Sin poder ver aún lo que le rodeaba, se limitaba a llorar buscando a su madre, intentando arrastrarse con sus débiles piernas soltaba alaridos que reflejaban el dolor más intenso. Dejaba de llorar cuando yo le acariciaba, pero al soltarle seguía. Sin querer comer, y vomitando la leche de vaca no metabolizada, iba perdiendo fuerzas, quedándose sin vida. No estaba hecho para un mundo como éste.
Al medio día del jueves llegamos mi hermana y yo a mi casa, y ella subió corriendo a mi habitación. Gritó, el grito fue el más terrorífico y cruel que he escuchado, una niña de diez años estaba llorando desesperadamente al ver algo que no debió ver. El perro había muerto, y su madre se lo estaba comiendo, en el suelo de mi cuarto había un cadáver decapitado. Yo ya lo esperaba, necesitaba nutrientes para seguir alimentando al resto de cachorros, los vivos. Abrí las ventanas y limpié la sangre que había quedado en el suelo.
Un ser vivo que no nació para luchar, no comprendió como sobrevivir, y lloraba, lloraba toda la noche manteniéndome despierto. Gritaba de dolor sin que nadie le pudiese ayudar, ni un veterinario. Su destino era el más cruel y tempranero. Un rato después, me paré a observar como los cachorros mamaban, estaban alimentándose de la vida de su hermano, y a la vez otros organismos se alimentarán de la materia orgánica de los cachorros. La materia fluye continuamente, pero, ¿y lo que no es materia?.
Desnudo en la ducha, me dio por reflexionar. Si antes de existir no éramos nada, obligatoriamente, y dado que la vida fluye, algún día volveremos a ese estado. Pero siguiendo esa norma, si ahora tenemos existencia, podemos volver a tenerla alguna vez. Me gustaría creer en Dios, y entiendo el por qué del invento de la religión. La religión se ha inventado para proporcionarnos la felicidad, para que a nadie se le ocurra tener los pensamientos que rondaron mi cabeza.
Cuando yo era un niño, me fundía en los brazos de mis padres para que me diesen calor, y para sentir su piel protegiendo a la mía. Lo que más temo en la vida es perderlos, no creo que me pudiese recuperar. Siempre quise experimentar el madurar, el crecer, no sabía que eso significa el ir muriendo, que se consuma la vida. Estoy consumiendo mi vida en soledad, probablemente cuando muera no tenga a nadie a mi lado a quien decirle lo último que pensó mi ser. El final.
En la ducha, un pensamiento crudo y real como la vida atravesó mi cabeza como una aguja afilada. Ante ese pensamiento, se me cayó el teléfono de la ducha y me quedé un rato mirando al vacío. No quiero morir. El cachorro murió demasiado joven, no tuvo tiempo de disfrutar de las cosas que valen en la vida, ni de desarrollar su existencia. Supongamos que, con suerte, viviré unos 60 años, viviré en una parte del mundo y en un momento de la historia que no he elegido, y no podré disfrutar de otro. En esos 60 años habré acumulado millones de sentimientos, historias, se habrá forjado mi persona. Supongamos ahora que cuando tenga esos 60 años, pierda las ganas de vivir y de comer, y que llore a todas horas esperando mi destino. Cuando acabe muriendo y cierre por última vez los ojos, mi cuerpo poco a poco se descompondrá y ya no gozaré de los sentidos, todas las cicatrices de mi cuerpo ya no importarán, ni los deseos ni odios que despertó. Independientemente de la existencia, viene aquí el gran drama, la esencia que se deriva de ella. Cuando vaya a morir, se acabará toda mi persona, no existirán mis pensamientos, mis dudas, mis penas, mis alegrías... todo lo que he cosechado en la vida caerá por un precipicio y no quedará nada, o ni eso. Dentro de los miles de millones de años que han existido y existirán, nos ha tocado vivir un período de 14 a 90 años como mucho, en el que nuestra responsabilidad es disfrutar al máximo de la vida, y estar con las personas a las que de verdad queremos. Solo viviremos eso, no tendremos más oportunidad y una vez acabado esto habrá lo mismo que antes de que naciéramos, osea, que todo se acabará y no existiremos, lo que somos solo será unos cuantos años más, luego seguirán viviendo otros, pero ya no habrá nada relacionado con nuestra esencia. Lo que somos se perderá en un vacío y lo que existimos pasará a otros organismos. Lo peor es que no seguiremos pensando. Creo que la gente no es realmente consciente de la dimensidad de esta cuestión, que es la más dramática, no se da cuenta, no reflexiona. Tenemos un tiempo limitado para hacer algo o no hacerlo. Creo que no debo contar otras cosas que pensé, por aprecio a los que han seguido leyendo, no quiero que malgasten su tiempo pensando cosas tan horribles.
Cuando salí de la ducha, aún desnudo, me pregunté qué soy yo exactamente, el por qué soy, y qué hago rodeado de tanta maravilla. Sea como sea, soy ese algo por algún motivo, y necesito algo para orientar el poco tiempo que me queda, y seguir viviendo. Al día siguiente, en la estación de autobuses vi un anciano rodeado de gente y tirado en el suelo y al que no paraba de sangrarle la nariz, y luego en el autobús se acercó a mi un chiquillo a demostrarme que acababa de aprender a andar, con una amplia sonrisa. A partir de estos dos datos tuve más claro aún cómo quiero orientar mi existencia, o lo que queda de ella.
Hace una semana mi perra Kira alumbró a cuatro cachorros que cabían todos en la palma de una mano. Desde entonces los ha cuidado, protegido, y alimentado.
Sin embargo, uno de los cachorros era más débil. No mamaba, probablemente le fallaba el olfato. A los cinco días sus hermanos eran el doble de grandes que él, y el hambre empezaba a pasarle factura. Sin poder ver aún lo que le rodeaba, se limitaba a llorar buscando a su madre, intentando arrastrarse con sus débiles piernas soltaba alaridos que reflejaban el dolor más intenso. Dejaba de llorar cuando yo le acariciaba, pero al soltarle seguía. Sin querer comer, y vomitando la leche de vaca no metabolizada, iba perdiendo fuerzas, quedándose sin vida. No estaba hecho para un mundo como éste.
Al medio día del jueves llegamos mi hermana y yo a mi casa, y ella subió corriendo a mi habitación. Gritó, el grito fue el más terrorífico y cruel que he escuchado, una niña de diez años estaba llorando desesperadamente al ver algo que no debió ver. El perro había muerto, y su madre se lo estaba comiendo, en el suelo de mi cuarto había un cadáver decapitado. Yo ya lo esperaba, necesitaba nutrientes para seguir alimentando al resto de cachorros, los vivos. Abrí las ventanas y limpié la sangre que había quedado en el suelo.
Un ser vivo que no nació para luchar, no comprendió como sobrevivir, y lloraba, lloraba toda la noche manteniéndome despierto. Gritaba de dolor sin que nadie le pudiese ayudar, ni un veterinario. Su destino era el más cruel y tempranero. Un rato después, me paré a observar como los cachorros mamaban, estaban alimentándose de la vida de su hermano, y a la vez otros organismos se alimentarán de la materia orgánica de los cachorros. La materia fluye continuamente, pero, ¿y lo que no es materia?.
Desnudo en la ducha, me dio por reflexionar. Si antes de existir no éramos nada, obligatoriamente, y dado que la vida fluye, algún día volveremos a ese estado. Pero siguiendo esa norma, si ahora tenemos existencia, podemos volver a tenerla alguna vez. Me gustaría creer en Dios, y entiendo el por qué del invento de la religión. La religión se ha inventado para proporcionarnos la felicidad, para que a nadie se le ocurra tener los pensamientos que rondaron mi cabeza.
Cuando yo era un niño, me fundía en los brazos de mis padres para que me diesen calor, y para sentir su piel protegiendo a la mía. Lo que más temo en la vida es perderlos, no creo que me pudiese recuperar. Siempre quise experimentar el madurar, el crecer, no sabía que eso significa el ir muriendo, que se consuma la vida. Estoy consumiendo mi vida en soledad, probablemente cuando muera no tenga a nadie a mi lado a quien decirle lo último que pensó mi ser. El final.
En la ducha, un pensamiento crudo y real como la vida atravesó mi cabeza como una aguja afilada. Ante ese pensamiento, se me cayó el teléfono de la ducha y me quedé un rato mirando al vacío. No quiero morir. El cachorro murió demasiado joven, no tuvo tiempo de disfrutar de las cosas que valen en la vida, ni de desarrollar su existencia. Supongamos que, con suerte, viviré unos 60 años, viviré en una parte del mundo y en un momento de la historia que no he elegido, y no podré disfrutar de otro. En esos 60 años habré acumulado millones de sentimientos, historias, se habrá forjado mi persona. Supongamos ahora que cuando tenga esos 60 años, pierda las ganas de vivir y de comer, y que llore a todas horas esperando mi destino. Cuando acabe muriendo y cierre por última vez los ojos, mi cuerpo poco a poco se descompondrá y ya no gozaré de los sentidos, todas las cicatrices de mi cuerpo ya no importarán, ni los deseos ni odios que despertó. Independientemente de la existencia, viene aquí el gran drama, la esencia que se deriva de ella. Cuando vaya a morir, se acabará toda mi persona, no existirán mis pensamientos, mis dudas, mis penas, mis alegrías... todo lo que he cosechado en la vida caerá por un precipicio y no quedará nada, o ni eso. Dentro de los miles de millones de años que han existido y existirán, nos ha tocado vivir un período de 14 a 90 años como mucho, en el que nuestra responsabilidad es disfrutar al máximo de la vida, y estar con las personas a las que de verdad queremos. Solo viviremos eso, no tendremos más oportunidad y una vez acabado esto habrá lo mismo que antes de que naciéramos, osea, que todo se acabará y no existiremos, lo que somos solo será unos cuantos años más, luego seguirán viviendo otros, pero ya no habrá nada relacionado con nuestra esencia. Lo que somos se perderá en un vacío y lo que existimos pasará a otros organismos. Lo peor es que no seguiremos pensando. Creo que la gente no es realmente consciente de la dimensidad de esta cuestión, que es la más dramática, no se da cuenta, no reflexiona. Tenemos un tiempo limitado para hacer algo o no hacerlo. Creo que no debo contar otras cosas que pensé, por aprecio a los que han seguido leyendo, no quiero que malgasten su tiempo pensando cosas tan horribles.
Cuando salí de la ducha, aún desnudo, me pregunté qué soy yo exactamente, el por qué soy, y qué hago rodeado de tanta maravilla. Sea como sea, soy ese algo por algún motivo, y necesito algo para orientar el poco tiempo que me queda, y seguir viviendo. Al día siguiente, en la estación de autobuses vi un anciano rodeado de gente y tirado en el suelo y al que no paraba de sangrarle la nariz, y luego en el autobús se acercó a mi un chiquillo a demostrarme que acababa de aprender a andar, con una amplia sonrisa. A partir de estos dos datos tuve más claro aún cómo quiero orientar mi existencia, o lo que queda de ella.
Ojalá existan el cielo o el infierno...
5 comentarios:
¿A qué quieres orientar tu existencia hermano?
Despues de leer varias veces tu entrada, me gustaria mucho saberlo. Espero que sea lo que sea lo logres, pues tu lo has dicho, como mucho tendremos 90 años para lograrlo. No podemos perder ni un segundo, ni uno.
Me gustaría haberme metido en medio de ese grupo de gente y haber ayudado al anciano, también me gustaria ver a menudo milagros humanos como el de ese chiquillo. Quiero ayudar a las personas, que son tan débiles como yo. Quiero que mi existencia tenga un sentido útil...no quiero que pase por delante mi oporunidad sin haber hecho cosas importantes...simplemente eso...estoy aqui, y eso es un milagro
Te agradecería que si has continuado este escrito o si tienes intención de continuarlo pero no lo has publicado, mándamelo de alguna manera. Tu y yo sabemos que pocas cosas merecen la pena lo suficiente como para que mi perezosa cabeza se dedique a pensar en ellas. Pocas cosas hacen que me emocione tal y como me he emocionado con el relato del cachorro, hazme un favor y deja que siga pensando, mándame lo que sea cuando puedas para que pueda seguir pensando acerca de ello. Gracias por proporcionarme algo en lo que pensar aunque solo sea por unos leves instantes, no estas solo en tus dudas existencialistas, creeme que de vez en cuando se me pasa alguna de ellas por la cabeza, mis motivos a diferencia de los tuyos son que yo no deseo en gran parte darle vueltas a estas cuestiones porque tal y como tu dices, poseemos 60 escasos años para vivir, y mientras siga vivo, si tengo suerte de hacer algo de mención bien, pero sino creeme que voy a vivir por y para las personas que quiero hasta el último de mis días.
Como de costumbre te digo: el hombre no nace solo, se aisla por su propia cuenta. vas a estar solo o imcomprendido en la medidad de lo que tu quieras estarlo. La sociedad es un problema y tu eres el que si quiere puede encontrarle la solución deja de escribir y sal a luchar. Cuidate mucho alejandro que en momentos como este es cuando me doy cuenta que te hecho de menos por encima de mi frialdad. Eres mas valioso de lo que piensas. bss
me enorgullece que la haya gente que se dedique a pensar... Es muy muy interesante lo que has escrito, yo tambien he pensado cosas parecidas muchas veces. El por qué de yo, y cómo siento que desaprovecho muchas cosas de mi vida. Muchas veces siento como fluye mi vida por entre mis dedos y no sé como atraparla. Ale, es muy muy importante encontrarle el sentido a la vida, y tú ya lo has encontrado. Afortunadamente yo tambien, pero hay muchisima gente que no se lo ha enconrado, o que ni tan siquiera se lo ha planteado. Eso es lo grave... Muchos viven como escoria sin saber apreciar las pequeñas y grandes cosas de la vida y su importancia.
Es como cuando alguien dice "te quiero". Cuando alguien lo dice realmente de corazón fluye algo por dentro imposible de describir; sin embargo, cuando alguien te dice las misma palabras sin sentirlas, es una sensacion totalmente diferente: simplemente, no ocurre nada...
Vive sintiendo la vida y sintiendo el por qué estas aquí, vive de corazon, cara a cara con la vida.
un besazo!
''¡Muerte! ¡Como si yo no supiera lo que eso significa! ¡Como si mis diecisiete me alejaran de ella, cuando, en realidad, no hacían sino acercarme! ¡Muerte! ¡Pero si apenas acababa de abandonar el sentido de aquella palabra! ¿Qué creían que hacia, pues, sino morir la vida, morir el tiempo, morir el miedo, morir la nada, morir el letargo?
La muerte, habia analizado aquella cuestión con detalle: la muerte era el techo. Cuando uno conoce el techo mejor que a sí mismo, a eso se le llama muerte. El techo es lo que impide que los ojos y el pensamiento se eleven. Y quien dice techo dice sepultura: el techo es la losa del cerebro. Cuando llega la muerte, una losa gigante cae sobre vuestra cazuela cranial.
Pero eso no significaba que la comprendiera. ''
Publicar un comentario