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27 de septiembre de 2009

7- Vida



La esfera es la forma perfecta para nosequién, todo mi cuerpo comprimido al máximo y mi dedo pulgar dentro de la boca. Este calor y esta comodidad que siento no es igualable a ningún placer existencial. Entre algodones y con el moflete pegado al colchón me estiro un poco y saco el pie derecho de la manta, levanto la espalda para acomodarme y me vuelvo a dormir abrazado esta vez a la almohada, que se halla atrapada por mis piernas. Siento una leve sensación alegre pero un poco molesta en algún lugar del cuerpo y me dispongo a identificarla. Algún invasor del sueño ha aprovechado la debilidad de mi pie derecho para asediarlo a cosquillas. No me deja otra, debo defenderme.




''¿¡Quieres parar, Papá!?'' fue mi réplica más mordaz. ''Venga, vistete rápido hijo, tenemos que irnos, ya ha llegado el momento'' contestó. Anoche estaba tan cansado que me dormí con la ropa puesta, me gusta cuando el trabajo ya está hecho de antemano, soy previsor. Con un paso lento y cansino bajo a la planta baja y sigo a mi padre (con mi hermano pequeño en brazos) y a mi hermano mayor hasta el coche. Pasando por el jardín recuerdo que ayer jugué a ser un tirano que debía destruir el mundo de las hormigas porque habían manchado el honor de mi especie a base de picotazos. Metí la manguera en su nido (o como se llame) y maté muchas, luego estuve toda la tarde derramando lágrimas porque me sentía culpable, menos mal que la cena me relajó un poco. Lo siento chicas. Una vez en el coche me siento justo al lado del conductor, como siempre. Al fin y al cabo es el segundo puesto más importante dentro de la sociedad de personas que se montan en coches, en cuanto pueda le arrebataré a mi padre el primer puesto y seré el rey.


''¿A dónde vamos papá?'' pregunto mientras me froto los ojos de sueño. ''Al hospital virgen del rocío, allí está mamá esperándonos''. Apoyo la cabeza sobre mi puño cerrado mientras sitúo el codo sobre un punto sólido para pensar en condiciones. ¿Qué estaba haciendo mi madre en el hospital?. Últimamente no paraba de comer dulces y de quejarse sobre dolores de barriga, seguramente le están tratando eso. De repente se ilumina mi ideario, mi madre, ni más ni menos, guardaba en su barriga a mi futuro hermano. Seguramente se la abrirán en dos para que salga y no se ahogue, espero que no le duela. En cuanto lo conozca pienso enseñarle a pelear como un maestro, para que sea invencible, será mi arma secreta por si alguien se mete conmigo en el futuro. Caigo en la cuenta de que las personas que están a mi alrededor no tendrán ni idea de por qué estamos camino al hospital, así que adopto un natural aire de superioridad y exclamo: ''¡Ya ha nacido el hermano!, ¿es que no os habíais dado cuenta?''. ''Hermana, querrás decir, os está esperando allí para conoceros''. La respuesta de mi padre me deja helado, una niña, ¡qué asco!. ''Yo no quiero que sea una niña, si lo es la pienso maltratar todos los días'' dije cruzándome de brazos. ''Es tu hermana, deberás cuidarla y enseñarle cuanto puedas, además, ¿si te dan asco las niñas como te vas a casar cuando seas mayor?''. ¿Casarme yo?. Que indignación, ante esto solo me deja la opción de entrecerrar los ojos, cerrar con fuerza la boca y hacer un gesto llamativo al volver a cruzar los brazos para que sea bien consciente de mi enfado. Giro la cabeza, la sombra del coche se proyecta en el asfalto, la vida transcurre.


''Esta es vuestra hermana, Isabel Cristina'', dice una vez hemos llegado al punto clave. No es que me interese demasiado conocer al que seguramente será mi mayor enemigo el resto de mi vida, pero me asomo a la cama donde está mi madre sonriente, parece cansada. Entre sus brazos hay un bebé envuelto en una manta rosa. Parece muy suave y tiene algunos pelos rubios en la cabeza, tiene los ojos cerrados y no se ve muy peligrosa. Una mueca se dibuja en su cara. ''¡Creo que me ha sonreído!'' grito. ''Aún no puede, Ale, te lo has imaginado'' me replica mi madre. Yo sé lo que he visto. No se por qué, pero en estos momentos me siento en armonía con este nuevo ser que ha aparecido en mi vida pidiendo a gritos que le proteja y le cuide. Parece que al final no es tan mala como creía, me caes bien hermana, puede que sea tu aliado en la vida que acabas de empezar. La vida es maravillosa en momentos como éste, estoy deseando llevarla a casa para presentársela a mi perro. Mientras me regocijo en mis planes un señor con bata blanca me pisa sin querer y alcanzo a dejar la huella de mi zapatilla en su reluciente atuendo sin que se dé cuenta, será estúpido...



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5 comentarios:

Ale dijo...

Llegados a este punto del Juego me veo obligado a aclarar a los despistados que los números que preceden a los títulos de las entradas corresponden a edades (en años). Un abrazo.

Unknown dijo...

Gracias por aclararlo ahora será más fácil intepretar algunas cosillas que no entendia jejeje.

Que irónico tu post, pensando que tu hermana por el hecho de ser chica sería tu rival, y que equivocado estabas seguramente y como habrán cambiado las cosas en la actualidad, estoy seguro de que os adorais mutuamente.

Que hermosa la imágen de tu infancia, tan inocente, tan simple, tan despreocupado, se hechan de menos esos momentos carentes de responsabilidades.
Por último, gracias por la última parte, en la que le pisas al médico la bata, sin duda un broche de oro inmejorable para finalizar la historia, que ironía...
Desearía volver a tener 7 años, la vida era maravillosa.

Miguel Ángel dijo...

Esta me ha encantado, es preciosa^^. Y sí es cierto que a los 7 años el mundo es maravilloso...^^

Anónimo dijo...

"La vida es bella"
¿Hasta cuando?
Quiero decir; Para algunos nuestra vida dejó de ser maravillosa a los 7 años... Otros no saben si quiera lo que es una vida maravillosa. Sin embargo... hay quien vive en una vida maravillosa desde que nace hasta el final de sus dias: aún teniendo 18, 30 o 80 años, su pompa no la rompió nada...

Es muy fácil decir "qué maravilloso era todo con 7 años!" Y no nos damos cuenta de que si ahora la vida no es maravillosa para nosotros es, en parte, porque no queremos. Ni nosotros ni los que nos rodean. Le echamos la culpa a lo externo, pero ¿y nuestro papel? Tanto en nuestra vida como en la sociedad, tenemos nuestro papel y normalmente nos olvidamos de que nosotros TAMBIEN tenemos que cumplirlo, no solo "la gente".

Precioso post, como ya te han dicho, es sencillo y muestra claramente esa edad a la que te refieres...
Desgraciadamente, yo también soy bohemia y soñadora...y ni tan siquiera yo, que soy la que te ha puesto ese discurso, soy capaz de aplicármelo.
...nos tendremos que conformar con mirar las estrellas y ver llover... mientras pensamos en lo que podría ser y no es.

PD:Gracias por aclarar lo de las edades, queda todo bastante mas claro...pero no del todo. Ah! y perdon por la parrafada, pero tenia que ponertelo!

Anónimo dijo...

PD2: Desgraciadamente... o afortunadamente. Yo soy bohemia y soñadora y es algo de lo que estoy muy orgullosa =)

Y como dice el Profesor Kittin en "El club de los poetas muertos":

"Solo al soñar tenemos libertad;siempre fue así, y siempre así será"

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