Sabe a falsa libertad. Me asomo al balcón que he construído en esta enorme montaña de granos de arena, ante mí se alzan ruidosas tormentas que arrastran todo a su paso y corrompen lo que alguna vez he defendido y amado. Solo me queda esperar impasible mientras sonrío con mi estupida mirada de autosuficiencia. Tengo algo de vértigo, pero no supera al sentimiento que me embarga de terror ante la idea de que hay dos personas que podrían derrumbar esta montaña y dejarme desnudo. Lanzo un escupitajo de sangre al abismo y río. Salto de alegría y me revuelco entre lo que queda de mis entrañas. Se avecinan tiempos interesantes. Doy dos pasos en falso y me estiro de arriba a abajo. Cierro el puño y conjuro unas palabras casi indescifrables aun para mí. Me siento a esperar.
1 comentario:
...qué se te pasa por esa cabeza? Mira al sol y verás que siempre siempre sonríe... lo que has construido no se derrumbará nunca porque lo has construido con vivencias y amarguras.
Te dedico una frase genial: "Cada amanecer es una nueva oportunidad"
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