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17 de mayo de 2010

En la angustia del sinsabor


P
odría estar días enteros con sus largas noches pensando en lo que te puede ofrecer alguien como yo. La verdad es que no es gran cosa, pero lo que es seguro es que mientras me queden energías seguiré despertándome cada día con una sola incógnita rondando mi simple y llana cabeza de trotamomentos: cómo demonios dibujar una sonrisa en esos labios tuyos. No necesito más. Esto es lo que soy, y espero seguir siéndolo. No me importa seguir estando solo, si aún puedo soñar.



2 comentarios:

Magdalena Barreto dijo...

Es un post precioso. ¿Cómo se puede decir tanto con tan pocas palabras?...simplemente, utilizando las justas, las necesarias, las adecuadas.
Me ha flipado esa incógnita...sinceramente, felicidades por tan bello pensamiento.
Un saludo

Anónimo dijo...

Eres... eres!!! Me ha encantado. Cualquier tia desearía estar con un chaval como tú, te lo digo... Tan sencillo pero a la vez tan complicado, tan sensible, tan soñador, tan claro... No conozco tus fallos(ya los conoceré :P) pero te aseguro que esas virtudes son, al menos por mí, las más apreciadas en un chaval.

Si estás enamorado... demuéstraselo a quien sea. Ya solo con este post demuestras que tienes un corazón de oro.
Un beso

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