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19 de junio de 2010

Hervidero de momentos

Es curioso que haya sido tan feliz en el último sitio en el que quería acabar hace solo un año. Se va acabando esto y es hora de echar cerrojos para guardar con llave momentos inolvidables que he vivido este año, y lo más importante, las gentes que han estado en ellos. Nunca soñé aprender tanto en tan poco tiempo, ni de tanto, ni mucho menos vivir tanto y tan intensamente. No he tenido respiro, pero mi vida no podría haber sido más rica, y no cambio esta experiencia por nada del mundo. Esto es la universidad.

Prisas, pereza, adrenalina, risas, desorientación, seguridad, conocimientos, sonrisas, carreras bajo la lluvia, abrazos, miradas, sacrificio, locuras, improvisación, sinceridad... vida. He compartido todo lo que pude y más, y lo han compartido conmigo. Llegué en septiembre acompañado de dos amigos, y desde el primer día hice otras dos que creo que serán importantes en mi vida, el septiembre de rememorar mis momentos. A medida que el tiempo tiraba de mi cuerpo tiraba también de muchas personas más que venían hacia mi vida sin razón aparente, y empecé a vivir experiencias que, después de todo, no eran tan imposibles e ilógicas. Dejarme llevar fue la clave. No se si entregué mi corazón tres o cuatro veces, pero fueron pocas comparado con lo que tenía guardado, fue quizás demasiado intenso para alguien tan pequeño como yo. Noches en vela, madrugones, sonrisas furtivas, risas, sobre todo risas y cariño. También malos rollos y borderías, pero es inevitable para mantener un equilibrio. Supe proteger a los que merecían la pena, espero seguir haciéndolo. También me enganché al deporte, mi nuevo gran amor, descubrí el arte de la investigación y seguí escribiendo, escribiendo a todas horas y en todos los lugares físicos y abstractos, hasta tal punto que ahora veo imposible que algún día pueda dejar de hacerlo. Ahora me deleito con los nervios que ponen a flor de piel lo más interno de la personalidad de cada uno, y disfruto de los últimos abrazos, risas, prisas, adrenalina, abrazos, sacrificio, locura... Disfruto de lo que soy, y de lo que tengo. De mi fortuna por haber vivido todo esto, que quedará siempre.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Aún te quedan 3 años más con nosotros, tres años para darlo todo, para dárnoslo todo (en el buen sentido claro). Tres años para narrar tus experiencias universitarias y no universitarias, y por favor, no dejes nunca de escribir, y menos aún de forma pública.
Espero que el año que viene me anime más y comparta mas momentos contigo...necesito salir más, me estoy volviendo un sofá viviente. Me encanta que te encante todo esto ^^

Anónimo dijo...

Aprovecha.

Gema dijo...

Acabo de leer la entrada.


Creo que algunas risas de las que hablan han sido mias, o eso espero.

La verdad esque jamás pensé que ese chico callado, alto y algo despistado que Emilio me presentó el primer día llegase a convertirse en la persona que más me saca de mis casillas, que más lata me da, y a la que a veces odio más. ¿Por qué me lo presentaría...¬¬?

Creo que sin tí, las risas hubiesen estado algo vacias, las riñas hubiesen sido más serias y los agobios más significativos.

Gracias por regalarme un perfecto principio, de espero, una gran y larga amistad.

Un beso.

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