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17 de agosto de 2010

Pequeño inciso sobre las amantes de en sueño


Pasan los años, increíblemente, inevitablemente. Todo sigue igual, pero cada vez necesito un poco menos de luz para ver claro. Escribo de nuevo en esta azotea, de nuevo al amparo del desvelo, y esta vez con un bolígrafo que me prestaron hace ya tres o cuatro meses. Hoy, en esta mañana de agosto, lloverá. Lo sé porque acaba de caer una gota de lluvia sobre el papel, y porque la mayor parte de las nubes tienen un color oscuro, a excepción de la más grande (y oculta) que brilla con una viveza sorprendente (mis metáforas tampoco cambian). Es como la letra pequeña en un importante contrato (el de la vida), una clausula por la cual sé que el sol saldrá en algún momento de donde se esconde.

A contrarreloj, y con las nubes agolpándose para conspirar sobre mi coronilla, te comento que cuando muera habré vivido dos vidas distintas y casi simultáneas. Cada vez comprendo mejor por qué algo ‘’perfecto’’ y de ‘’en sueño’’ son parecidos. Huele a humedad, creo que nunca aprendí del todo a soñar, porque acabo cayendo siempre en los mismos errores. He aprendido que las mejores amantes son las de los sueños (hasta que me demuestren lo contrario), porque están hechas a medida, y duran lo justo para dejar un buen recuerdo. Chico conoce a chica que le confiesa su indefensión ante la vida, él se ofrece a protegerla, se desencadena un recital de romances algo confusos y del que ambos acaban exhaustos. Él promete llamarla y despierta. Al rato acaba asimilando que fue un sueño y que no volverá, ni podrá llamarla, pero en el fondo está satisfecho. Se propone rechazar desde el principio a la próxima que perturbe sus noches, pero sabe que en el fondo valora más la inspiración que la cordura.

A veces no entiendes que necesite perderte para quererte un poco. Si estoy cabizbajo no es por odio ni por miedo, sino por melancolía. Melancolía que conecta sueños y realidad, y que por tanto agradezco. Espero que estés disfrutando la tregua que te di, pero volveré a retomar el pulso, y espero caer en los mismos errores, porque en la realidad finita no te puedes escapar, no eres un sueño.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta vez me haces dudar si de lo que hablas es realmente verídico o, como tú dices, es un sueño.

La frase de "a veces no entiendes que necesite perderte para quererte un poco" me ha impactado, a la vez que maravillado.
Un besazo!

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