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9 de septiembre de 2010
Y su sonrisa
Es increíble lo poco consciente que eres mientras en tu vida se establecen una serie de cadenas que, pase lo que pase, no podrán romperse. Vas viendo como poco a poco algo se llena con confesiones, risas, abrazos, charlas, locuras... todo eso que si algún día desaparece dejará seguramente un vacío irremplazable, y la nostalgia de haber encontrado la verdadera amistad, algo que no todos pueden decir. Cuando un amigo se va, se va lo más valioso que has cosechado en todo una vida, de esos amigos que me sobran dedos de una mano para contar. Cuando todo lo que eres se ha ido formando con personas que han estado siempre a tu lado, que te han cuidado y animado cuando todo parecía negro. Sé que una parte de mí la he sacado de ti, me gusta tu energía, y esa sonrisa despreocupada, además de tus exageradas preocupaciones y esa calidez inexplicable. Sigue caminando, conviértete en quien sueñas ser, yo te estaré esperando a los lados del camino cuando necesites un poco de aliento. Como tu fuiste de lo poco a lo que acogerme cuando lo pasé mal, aunque no fueras consciente. Todo lo que pueda contar, todos nuestros recuerdos, arañaría un poco las cuerdas de este viejo harpa al que he decidido llamar alma con el tiempo, así que terminaré diciendo que tantos planes que tenía para los dos los dejaré de momento guardados en un cajón, pero te esperaré, porque eres parte de mí. Hasta pronto, amigo.
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3 comentarios:
Te voy a echar muchisimo de menos, emilio. Sé que no parece lo mismo, que te tenía a mano... pero ahora nos quedará la esencia de la amistad. Lo que hemos tejido durante 8 años que sirva para mantenernos unidos.
Es cierto que siempre hemos estado lejos el uno del otro. Pero así nos conocimos, y así hemos seguido toda la vida. Ahora algo dentro de mi cambia, pero sé que como antaño, todo reencuentro será igual que antes, porque serás siendo la misma persona que me intrigó de pequeño y fascinó de mayor.
Me alegro infinitamente del vuelco que dará tu vida. Siempre a mejor. Pero es imposible no sentirse un poco nostálgico. De todos aquellos recreos hablando de nada. De la facilidad con la que me sacas las palabras, y de la primera amabilidad sincera que conocí.
Porque vales un mundo, emilio. Y vamos a seguir aquí. Ah, no intentes ser un cabrón. No te sale tan bien ;)
Te quiero un montonazo ^_^
Os contaré un secreto. He llorado en dos días tres veces.
La primera cuando me dijeron que podría hacer medicina.
La segunda, cuando me dijeron que tendría que dejar prácticamente mi vida, mis amigos, mi familia, mi mundo para poder realizar un sueño que no vale ni la mitad de lo que me hizo llorar la tercera vez: Este post.
Sé que no hace falta que me dediqueis nada, ni que lo pongais por palabras para saber que sois mis amigos. No voy a abandonar eso, no me siento capaz de abandonar mis raíces para siempre.
Me han dicho que si quiero hacer medicina, tengo que estar toda la carrera en Huesca y seguramente tendría que irme a vivir allí, puedo soportar un año, pero no piedo echar raíces en un lugar que no es el mío.
Quiero dedicarle mi vida a la medicina, pero por lo visto ella me ha pedido que cambie mi vida por estudiarla.
Acabo de rechazar la matrícula.
Siento que tengais que aguantarme unos añitos más.
Y mira por donde también he dado con este otro blog del que pareces ser administrador también.
Sí, Sevilla es mucha Sevilla. Cuando te sientes parte de un lugar, sientes que formas historia junto con ella y que eres incompleto sin ella es muy difícil saltar. Pero piensa que no por no poder ver a una persona vas a dejar de quererla ni va a dejar de existir, no por no cumplir un sueño vas a dejar de querer conseguirlo, pues no por no pisar cada mañana que despiertas tierras hispalenses vas a abandonar tus raíces. Justo el día que me dieron a mí la noticia fui a ver a una persona con los ojos anegados de lágrimas por eso, porque me iba y fue él quien miró el vaso desde otro punto de vista para que en vez de que lo viese vacío, lo viera lleno. A mí me costó mucho y lo sabes, te lo he repetido ya unas cuantas de veces. ¿Y qué? Ahora cada vez que regreso saboreo con mayor intensidad cada detalle, cada momento -tanto con los míos como disfrutando de un tranquilo paseo por esa ciudad que enamora escuchando los susurros que te presta en cada rincón, paladeando los hermosos silencios que contrastan con el ajetreo de un bar o una reunión de amigos a la vuelta de la esquina, simplemente disfrutando-.
Sí, es duro. No, no es nada fácil. Sí, también merece la pena arriesgar y saltar al vacío. Este año me quedé sin Feria y sin Semana Santa, sabes lo que significó eso? demasiado... Pero aquí estoy, un curso más y alegrándome un montón por ti. Sí, una experiencia quizá muy fuerte pero en cuanto supe que te habían llamado contacté contigo para que al menos supieses que no estarías sólo, que aunque yo no pudiese suplir esa falta de los tuyos (de tu familia y amigos de verdad) habrías tenido a alguien por aquí que no sería tan desconocido para ti. ¿Quién sabe si al poco de llegar tú, me hubiese vuelto yo? ¿Quién sabe si hubieses acabado compartiendo piso conmigo? jajajaja
¿Quién sabe si aquí también hubieras encontrado un amigo de esos que se cuentan con los dedos de una mano como han escrito en el post? Nadie lo sabe ni nunca se sabrá y tampoco importa ya.
Me alegro un montón por ti y te admiro porque yo no sé si hubiese aguantado el curso entero en Enfermería, haciendo algo que no me terminaba de llenar, algo que sabía que no iba a terminar.
Cada uno pesó en su balanza los pros y los contra. Aunque por caminos distintos, ninguno ha perdido nada y ambos hemos ganado demasiado: hemos ganado nuestro sueño. Aún nos queda mucho por recorrer y mucho por lo que luchar.
Mucho ánimo y ante todo... sé feliz ;D
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