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3 de diciembre de 2010

Evidencias sobre el porqué de la lluvia y de los suspiros


''La vida es corta, rompe las reglas, perdona rápidamente, besa lentamente, ama de verdad, ríe incontrolablemente y nunca lamentes nada de lo que te hizo sonreír''


En el tiempo que vas a tardar en leer esto unas 550 personas en todo el mundo han dado su última bocanada de vida, y unas 1300 la primera de muchas. Una persona acaba de descubrir que se ha acabado su momento de gloria y otra acaba de tener la idea que le cambiará la vida. Una mascota se desangra a ojos de su dueña con ojos de agradecimiento mientras la mira exculpándola de todo, una niña acaba de crecer de golpe al ver como un coche atropella a su perro. Unas 120 personas habrán encontrado la inspiración, y otras 300 han pensado ''esta es la gota que colma el vaso''. Todo eso y mucho más ha pasado mientras lo leías, así que imagínate lo que ha pasado mientras yo lo escribo, que es bastante más lento.


Todos parecen embobados con esa sonrisa que apunta hacia ninguna parte, no se dan cuenta de que los esconde en una burbuja que les aparta de lo que es realmente el mundo, y yo mientras tanto los miro con un embobado semblante serio que me encierra en una burbuja que me aparta de su mundo (el que está apartado del mundo), por lo que estoy peor aún, estoy en un meta-metamundo. Me da tiempo a responderles un par de palabras cuando me interrumpen en mi embobamiento, y un 75% de ellas es desagradable hasta para mí. No soporto las ataduras, pero necesito sentir que pertenezco a algún lugar para no volverme loco. Ha vuelto el frío y yo vuelvo a ser quién era hace mucho tiempo (lo cual me recuerda que debo acabar ''Un día en mi Alejandría''), que no sé si soy realmente yo o un mimo cuyo único modelo es la lluvia. La lluvia, que como dice un amigo, saca el auténtico color de las cosas, y un olor oculto, para mí también resalta las cosas más difusas. La luz de los ojos de la gente se tambalea más de lo normal, sus rizos se tornan brillantes, la soledad es más placentera, las palabras se toman su tiempo, y cualquier sonrisa es un mundo. Además, pienso más claramente, veo mejor y mis movimientos son más rápidos. Pero mis palabras no quieren salir de donde están, y las sonrisas se quedan a hacerles compañía.


El resultado es un suspiro donde debería haber palabras, y una mueca donde debería haber una sonrisa. Justamente cuando todo conspira para hacer del mundo un lugar mejor (con sus colores ocultos), lo único que encuentro es un conflicto interno, y un ''¿Qué me pasa?''. Por lo menos puedo seguir escribiendo. La vida se hace corta al acumularse los minutos, lo que te hace comprender que romper una norma puede ahorrarte perder unos cuantos para perderlos en otro lado (como besando), o preguntándote si es verdad el amor, si algún día aprenderás a pedir perdón, o si tu risa es sincera.


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5 comentarios:

Gema dijo...

Sabes pedir perdón. Lo que pasa esque a veces tus "perdón" no se dicen con palabras, por mucho que a mi me cueste entenderte.

Bonita entrada.

Curiosamente bonita, de hecho.

Unknown dijo...

Sigues siendo tú, en el fondo.

Ojalá el egocentrismo que nos nubla día a día se marche y nos demos cuenta de las cosas que pasan a nuestro alrededor y de todo lo pequeñitos que somos.

Que una gotita, puede hidratar un dedo reseco y muchas gotitas pueden mantener a un cuerpo entero.
Que estúpido ser humano, y que hermoso es conocernos entre nosotros.

MargotF. dijo...

La verdad es que se me ocurrió darle al botón que pone "sigiente blogg", y no daba crédito, estaba conectando de tal manera, en este "momento concreto" de mi vida...

Sentimiento, por fin,...Enya, impresionante, me sienta viva. Que bien me ha venido su último post.

Le leo.


Nicole

Ale dijo...

gracias por el honor ^^

Ramón dijo...

La monotonía rezuma una tranquilidad inmensa cuando estas bajo un techo golpeado por la lluvia; los sentidos olvidados vuelven a ti para recordarte cosas ya olvidadas.

Y, sin ningún motivo, vas y sonries.

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