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7 de septiembre de 2009

5- Sueños azules

En lo que supone la culminación de su tranquila vida de cada jornada, se dispone a acostarse, para lo cual se acurruca en la cama y espera impaciente a que llegue su madre para darle aquél beso mágico que le transporte al mundo de los sueños como cada noche. Una vez lo ha recibido se despide de la persona que le ha dado la vida y mira en cada rincón de la habitación por si hay algún asesino o, en su defecto, un fantasma. Hay una sombra en pie justo al lado del armario, pero ya la investigó la noche anterior y resultó ser un abrigo. Por la ventana solo se ven los naranjos de aquel patio de Pino Montano y un gato correteando por la fachada, la noche es la más azul que recuerda y recordará. Todo listo para dormir.



Al poco tiempo de cerrar los ojos siente como el corazón empieza a latirle mucho más rápido, los vuelve a abrir y ve como la manta toma voluntad propia y se despega de su cuerpo, cubierto ahora con un pequeño pijama celeste. La habitación es casi blanca, y ante este panorama lo más razonable sería quedarse con los ojos bien abiertos y la boca en forma de 0, pero él nunca fue un chico muy razonable, así pega un brinco y se sitúa flotando en el aire. Volar, el sueño del hombre desde que es hombre, pero claro, las limitaciones no están hechas para él. Alguien tenía que ser el primer niño de cinco años que vuela, así que no es para nada extraño que le tocase a él. Él desde luego era el menos sorprendido, al fin y al cabo era la única persona que conocía sus propio potencial. Sin más preámbulos comenzó un espectáculo que duraría toda la noche, la más emocionante de su vida. Primero, para cogerle el truco a la cosa volaba en círculos por toda la habitación, que ahora carecía de puertas. De vez en cuando, cuando la emoción le envargaba, la liberaba en forma de baile. Nunca se le olvidaría la noche en la que tocó las palmas y zapateó mientras flotaba en medio de su habitación.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

I like it!

Unknown dijo...

Si un genio me concediese tres deseos uno de ellos sería poder volar para viajar lejos, conocer mundo y evadir todos mis problemas.
Nunca he soñado con volar hasta que he leido este post y, mientras lo hacía me ponía en el lugar de ese niño.
Es hermoso usar la imaginacion, pero más hermoso aún es no saber distinguir entre fantasía y realidad.
Sigue soñando amigo

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